Intentar volar sin alas, pude besar el cielo que regalas.
Estuve flotando en el bus de camino a casa.
Recuerdo nuestra fecha en la ventana...

Pero todo acaba.

Todo vuelve. Pude fundirme en el brillo del ámbar.

Llama a mi psicólogo, está el primero en la agenda;
si no te cuelga, dile que ahora es importante,
que he vuelto a verla en el mismo banco de siempre.


Instantes. Con esta cara qué importa la fiebre,
con esta cara qué importa el desorden.

"Mea culpa" será que no quemé tus cartas,
sólo las rompí y las cabronas se juntan.


Me encanta ver como desapareces,
como vuelves si te conviene hacer las paces.
Y el olor es lo que queda en mi ropa,

el resto sólo es desgaste.

Te escribo otro episodio, si insistes,

pero entiende que me canse de estar triste.
Este cielo no me deja ver las nubes,
acabo muerto, como el malo de la peli'.


Entiéndelo. No me sirve de nada:
pensar en lo lejos que está mi ruina.

Encendí las Luces por lo que pasara, pero...
Nos amamos mejor a oscuras.


Recuerdo la congestión, el vértigo;
las velas por toda la habitación.
El humo denso que nos consumía,

la certeza de que sólo éramos dos.



Sangre fría, amor a capella.
Perdimos la base de lo que nos unía.
Sangre fría, dolor a capella.

Por lo menos conservo la voz todavía.

Brillando, como París a las tantas,

borracho, como Paris, y me encanta.
Follándote todo se veía más bonito,
deshice castillos de arena para secar mis vómitos.


Desayuno solo, pero con diamantes.
Si eso bajo al perro y nos llamamos.

Volar cuando el amor está en el aire,
caer cuando lo hay, pero lo negamos.


Te cabe el puño entero en el coño, cariño,
por suerte le soy fiel a mis sueños desde pequeño.
Grabar tu nombre con "cuter" en el pupitre,

todavía es lunes, cielo, soy un cutre.

Tu cabeza como un péndulo: negaba.

Tu sonrisa como un faro: iluminaba.
Pero me fui de cabeza a la costa...
Ahora sólo me mata la angustia.