Tal vez sea la rabia que me araña
con sus garras mis entrañas
y me arranca a tiras la piel.


Tal vez sean tus ojos que me engañan
o los míos que se empañan

si comprueban tu desdén.

Porque quizás no haga falta darse cuenta

de lo mucho que atormenta
el amor en soledad.


Quizás no cometa la torpeza
de sentir yo tu vergüenza
al encontrar tu vanidad.


Y me pregunto cuántos más entran y salen
por los arrabales de tu falda y tú sostén,

no son tus ojos tus más amplios vent!@#^es.

Que mi garganta hoy le canta al desengaño

empapada por un baño de esta copa de licor,
que se atraganta si te ve pasar de largo,
que no hay trago más amargo que el sabor de una traición.


Tal vez no sé si es la rabia que me baña
o el destino que se ensaña

y me golpea a su merced.

Tal vez sean mis noches que te extrañan

o el dolor que me acompaña
a buscarte en un burdel.


Y me pregunto cuántos más entran y salen
por los arrabales de tu falda y tú sostén,
no son tus ojos tus más amplios vent!@#^es.


Que mi garganta hoy le canta al desengaño
empapada por un baño de esta copa de licor,

que se atraganta si te ve pasar de largo,
que no hay trago más amargo que el sabor de una traición.


Y sin embargo a tu marcha no me opongo,
aunque sepa que en fondo te deseo lo peor.
Y mientras tanto del deseo no me escondo

aunque sepa que en el fondo
este odio no es más que amor.