FOLKHEIM lyrics : "Vaai Honga Kaina"
De paz y amistad
Proclamas,
De tierra y honor
Se vuelven razones que cubren traiciones de una vil anexión
Se escribe
De letra muerta y voraz
Decide
De quien es la tierra y el mar
Y a tientas camina y tropieza con un pueblo autónomo y capaz
Despierta
La tierra ancestral
Son voces
De una isla sin par
Que grita y anuncia que no se dejará gobernar
Son cantos
De otras eras
Recuerdos
Sin macerar
Que adustos porfían en busca de soberanía
Qué ufano es tratar de ignorar, lo que en su momento fue pura voluntad
Chorus:
Y aquellas máscaras, ni ríen ni lloran solo esperan inocuas frente al gris escorial
Y aquellas máscaras, más se vuelven e invocan la línea de un orden que no se quiere marchar
Urden silentes crónicas, narran de usura y sociedad, de hombres sencillos que siguen por siempre buscando un camino
Se enraízan en su propia heredad, visita, guerra y bondad, y su cara no miente pues no se comprende que la tierra se pueda comprar
Se percibe
El paso lento y mordaz
De un hombre
Que dice tener
Derechos y accesos sobre suelo nativo y que no ha de transar
Cesiones,
que vienen y van
Dones,
Supuestos sin más
Enredos que enuncian una voluntad de dominar
Chorus:
Y aquellas máscaras, ni ríen ni lloran solo esperan inocuas frente al gris escorial
Y aquellas máscaras, más se vuelven e invocan la línea de un orden que no se quiere marchar
Urden silentes crónicas, narran de usura y sociedad, de hombres sencillos que siguen por siempre buscando un camino
Se enraízan en su propia heredad, visita, guerra y bondad, y su cara no miente pues no se comprende que la tierra se pueda comprar
El continente fija los términos de rendición
De un convenio de cesión, de paz y protección
Discurso colonial que linda en lo factual
No estima, ni dicta, lo que hay en aquel murmullo.
Vaai honga kaina...
Vaai honga kaina...
Vaai honga kaina...
Vaai honga!.... Vaai honga!.... kainaaaa!
Chorus:
Y aquellas mascaras, ni ríen ni lloran solo esperan inocuas frente al gris escorial.
Más se vuelven e invocan la línea de un orden que no se quiere marchar.
Urden silentes crónicas, narran de usura y sociedad, de hombres sencillos que siguen por siempre buscando un camino.
Se enraízan en su propia heredad, visita, guerra y bondad, y su cara no miente pues no se comprende que la tierra se pueda comprar.
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