Cuando la caja acústica de mi guitarra ruegue por reparación
y el triste mango clame, muy desteñido, sin acorde que innovar;
el oxidado clavijero sin más cuerda que afinar,

habrá que componer con la voluntad.

Comprendo que hubo veces que escaceaba aquella buena provisión de amor:

sé que era necesaria esa carestía previa al grato bendecir;
la vida da lecciones caras imposibles de apreciar,
como fruto sabroso preio al llorar.


Quiero empapar mis manos antes de en la mesa ver el pan,
quiero espozar un sueño libre, con retazos que me hagan sudar;

quiero seguir la huella del que no vio transigir,
aquel valiente amigo que marcó mi decidir:
cada paso una lucha por vivir.


Cuando la caja acústica de mi guitarra ruegue por reparación
y el triste mango clame, muy desteñido, sin acorde que innovar;

el oxidado clavijero sin más cuerda que afinar,
habrá que componer con la
habrá que componer con la

habrá que componer con la voluntad.