Mamá
Que nombre tan simple,
que nombre tan dulce

¡Mamá!
¡Que tiene tu nombre!
que alegra mi vida

¿Será flor eterna?
que al pronunciarte,
perfuma el aire mi voz

llenándome de asombro,
porque regreso,
a la tierna infancia

cada vez que te nombro,
cada caricia de tus suaves manos
cada palabra de tus dulces labios,

son racimos de ternura
Encintados de amor.
Pero hoy,

que ya no estás para besarte,
con hilos de plata de tu suave cabellera,
hice un crucifijo de recuerdos,

donde tu nombre,
gravé con dulzura para lucirlo eternamente,
en mi corazón