Merodea, se esconde en la noche
Aparece en cualquier lugar
No existen rincones, no existen amores

Que le puedan engañar

Servicial, siempre atento a tus deseos

Envolviéndote en silencio,
Y cuando ya no temes sus redes
No te dejará escapar


No conoce sentimiento
Es frío como el metal

Caliente como un animal
Te puede hacer volar sólo con su voz


Alquimista del amor
Dueño del placer
Amante infiel (el ladrón de corazones)

Domador de tu piel
Tierno y cruel
A veces así es (el ladrón de corazones)

Alquimista del amor
Dueño del placer
Amante infiel (el ladrón de corazones)

Domador de tu piel
A veces así es
Tierno y cruel (el ladrón de corazones)

(El ladrón de corazones)
(El ladrón de corazones)


Sonrisa sincera llena de ilusiones
Nunca comete errores
Seductor, vendedor de nuevas emociones

Así es el ladrón de corazones

No conoce sentimiento

Es frío como el metal
Caliente como un animal
Te puede hacer volar sólo con su voz


Alquimista del amor
Dueño del placer

Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
Tierno y cruel

A veces así es (el ladrón de corazones)
Alquimista del amor
Dueño del placer

Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
A veces así es

Tierno y cruel (el ladrón de corazones)
(El ladrón de corazones)


Te amará, te regalará un millón de sensaciones
El ladrón de corazones no te dejará escapar
Mentirá, seducirá, abrazado a tus pasiones

El ladrón de corazones
No tiene piedad
(No tiene piedad)


Alquimista del amor
Dueño del placer

Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
Tierno y cruel

A veces así es (el ladrón de corazones)
Alquimista del amor
Dueño del placer

Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
A veces así es

Tierno y cruel (el ladrón de corazones)
Alquimista del amor
Dueño del placer

Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
Tierno y cruel
A veces así es (el ladrón de corazones)
Alquimista del amor

Dueño del placer
Amante infiel (el ladrón de corazones)
Domador de tu piel
A veces así es
Tierno y cruel

El ladrón de corazones